Después del obligado descanso por obligaciones académicas, en SéptimoArte hemos hecho los deberes, es decir, hemos ido al cine y traemos tres críticas de películas actualmente en cartelera: una de animación (Los Mundos de Coraline) y dos comedias (Te Quiero, Tío y ¿Hacemos una Porno?)
Los Mundos de Coraline
Desde hace unos cuantos años, sobre todo gracias a Pixar, las películas de animación están encontrando un hueco más allá del público infantil. Coraline es una de esas películas que buscan llevar a las salas tanto a los más pequeños como a los adultos que buscan un poco de imaginación más allá de los prefabricados blockbusters de Hollywood. Y los que van al cine buscando eso, en Los Mundos de Coraline lo encontrarán en grandes dosis: imaginación a raudales, una realización perfecta y una historia parecida a la historia de siempre, pero con su pequeña vuelta de tuerca.
Aunque la película no se llama así en su idioma original, Los Mundos de Coraline no podría tener un título más adecuado. Desde el primer minuto, la historia te transporta a un mundo nuevo, con personajes estrafalarios, imágenes inolvidables y una protagonista que conecta con el espectador desde su primera aparición.
A los mandos de la historia se encuentra Henry Selick, director de la mítica Pesadilla Antes de Navidad, también rodada con la técnica del stop motion. Lo cierto, es que una vez que sabes esto, los paralelismos entre ambas películas no se pueden dejar de lado (historia infantil, toques de cine de terror, ambiente gótico...). Sin embargo, Los Mundos de Coraline consigue que te olvides de estas comparaciones y te sumerjas en la trama.
De todas formas, no todo van a ser cosas positivas. La historia, pese a tener un toque original, es bastante simplona. El desarrollo de la trama es muy predecible y su primera parte se sostiene más por la espectacularidad de sus imágenes que por el interés de la historia. Por el otro lado, la segunda mitad es trepidante, cada uno de los personajes es más estrafalario y divertido que el anterior (personalmente me encanta el padre) y consigue que pases momentos de tensión e incluso alguno de miedo.
En resumen, se trata de un pequeño cuento de terror con una realización simplemente maravillosa, y que, de regalo, nos deja una moraleja en forma de reflexión sobre la época que nos ha tocado vivir.
NOTA: 8,5
Te Quiero, Tío
Seguro que después de ver el tráiler ya te has dado cuenta de que no estamos ante la película del año. Posiblemente también pienses que va a ser una bazofia infumable. Bien y mal. Te Quiero, Tío no es una gran película, pero tampoco es una mala película. Se deja ver sin ningún problema y las casi dos horas de metraje se pasan muy rápido.
Con este largometraje continuamos explorando el hasta hace pocos años olvidado mundo de las comedias románticas sobre hombres y dirigidas a los hombres (Lío Embarazoso, Virgen a los 40...) pero con una especial particularidad. Normalmente el centro de la película es que el chico acabe con la chica, y aquí, el protagonista ya está prometido, de manera que lo que se narra es la hitoria de amor de dos amigos (son connotaciones sexuales de ningún tipo)
Pese a tratarse de una comedia, lo mejor de la película no son los gags, aunque hay algunos muy conseguidos y otros realmente malos. Lo mejor de la película es su manera de mostrar la amistad masculina, el amor entre dos tíos sin sexo de por medio, la diferencia de las relaciones entre hombres y mujeres. Especialmente bien logrados (me sentí bastante identificado) son la escena en el concierto de Rush, o la declaración de amor del final.
Fuera de estas cualidades, la cinta no deja de ser una clásica comedia romántica, con el mismo desarrollo y los mismos giros de siempre, con algunos momentos de humor grueso totalmente prescindibles y con unos personajes de lo más planos (especial reseña necesita el personaje de la novia, con menos desarrollo que la galleta de jengibre de Shrek).
De la quema de los personajes se salvan la pareja protagonista, que derrocha complicidad durante toda la película. Este es uno de los puntos fuertes de la película, del que principalmente tienen la culpa los más que correctos Paul Rudd y Jason Segel (Marshall en Cómo conocí a vuestra madre).
También merece la pena destacar la banda sonora de canciones, que incluye temas de Spoon, Rush o Pixies. Una buena opción si quieres ir al cine sin más pretensión que pasar un rato agradable y aislarte del mundo durante un par de horas.
Nota: 6,5
¿Hacemos una porno?
El título ya explica el argumento de la película, que por otra parte tampoco va mucho más allá de eso. Dos amigos de toda la vida, ahogados por la deudas, deciden hacer una película porno para salir del agujero. Los amigos, poco a poco se darán cuenta de que lo que sienten el uno por el otro es algo más que amistad y lo demás ya lo habéis visto en otras doscientas películas.
La diferencia con las otras trescientas películas es que Kevin Smith es un genio haciendo lo que hace. Su talento como cineasta es más bien limitado, pero hay pocos que escriban diálogos como él lo hace. Kevin Smith podría escribir una película que se basara en una conversación de dos amigos en un bar, y posiblemente sería una buena comedia. Tiene el talento de reproducir el habla cotidiana, pero hacer a sus personajes un punto más ingeniosos que la gente que le rodea. Y eso, es algo al alcance de muy pocos en el panorama cinematográfico.
Fuera de eso, la película es de lo más simplona, con los mismos giros de siempre, y un problema de identidad bastante grave, que se nota en la trama. ¿Qué quiere ser? ¿Una película romántica subida de tono? ¿O una comedia alocada? Los momentos en los que la película es una cosa y en los que es la otra no están muy bien armonizados, lo que hace que la película esté un tanto descompensada.
Pero de nuevo, hay muchos más motivos para disfrutarla que para despreciarla. Los diálogos, las referencias culturales, el trabajo de los actores o una realización superior a las anteriores películas del director hacen que se trate de un título muy recomendable para esta época veraniega, pese a no ser el mejor trabajo de Smith.
Nota: 7
Los Mundos de Coraline
Desde hace unos cuantos años, sobre todo gracias a Pixar, las películas de animación están encontrando un hueco más allá del público infantil. Coraline es una de esas películas que buscan llevar a las salas tanto a los más pequeños como a los adultos que buscan un poco de imaginación más allá de los prefabricados blockbusters de Hollywood. Y los que van al cine buscando eso, en Los Mundos de Coraline lo encontrarán en grandes dosis: imaginación a raudales, una realización perfecta y una historia parecida a la historia de siempre, pero con su pequeña vuelta de tuerca.
Aunque la película no se llama así en su idioma original, Los Mundos de Coraline no podría tener un título más adecuado. Desde el primer minuto, la historia te transporta a un mundo nuevo, con personajes estrafalarios, imágenes inolvidables y una protagonista que conecta con el espectador desde su primera aparición.
A los mandos de la historia se encuentra Henry Selick, director de la mítica Pesadilla Antes de Navidad, también rodada con la técnica del stop motion. Lo cierto, es que una vez que sabes esto, los paralelismos entre ambas películas no se pueden dejar de lado (historia infantil, toques de cine de terror, ambiente gótico...). Sin embargo, Los Mundos de Coraline consigue que te olvides de estas comparaciones y te sumerjas en la trama.
De todas formas, no todo van a ser cosas positivas. La historia, pese a tener un toque original, es bastante simplona. El desarrollo de la trama es muy predecible y su primera parte se sostiene más por la espectacularidad de sus imágenes que por el interés de la historia. Por el otro lado, la segunda mitad es trepidante, cada uno de los personajes es más estrafalario y divertido que el anterior (personalmente me encanta el padre) y consigue que pases momentos de tensión e incluso alguno de miedo.
En resumen, se trata de un pequeño cuento de terror con una realización simplemente maravillosa, y que, de regalo, nos deja una moraleja en forma de reflexión sobre la época que nos ha tocado vivir.
NOTA: 8,5
Te Quiero, Tío
Seguro que después de ver el tráiler ya te has dado cuenta de que no estamos ante la película del año. Posiblemente también pienses que va a ser una bazofia infumable. Bien y mal. Te Quiero, Tío no es una gran película, pero tampoco es una mala película. Se deja ver sin ningún problema y las casi dos horas de metraje se pasan muy rápido.
Con este largometraje continuamos explorando el hasta hace pocos años olvidado mundo de las comedias románticas sobre hombres y dirigidas a los hombres (Lío Embarazoso, Virgen a los 40...) pero con una especial particularidad. Normalmente el centro de la película es que el chico acabe con la chica, y aquí, el protagonista ya está prometido, de manera que lo que se narra es la hitoria de amor de dos amigos (son connotaciones sexuales de ningún tipo)
Pese a tratarse de una comedia, lo mejor de la película no son los gags, aunque hay algunos muy conseguidos y otros realmente malos. Lo mejor de la película es su manera de mostrar la amistad masculina, el amor entre dos tíos sin sexo de por medio, la diferencia de las relaciones entre hombres y mujeres. Especialmente bien logrados (me sentí bastante identificado) son la escena en el concierto de Rush, o la declaración de amor del final.
Fuera de estas cualidades, la cinta no deja de ser una clásica comedia romántica, con el mismo desarrollo y los mismos giros de siempre, con algunos momentos de humor grueso totalmente prescindibles y con unos personajes de lo más planos (especial reseña necesita el personaje de la novia, con menos desarrollo que la galleta de jengibre de Shrek).
De la quema de los personajes se salvan la pareja protagonista, que derrocha complicidad durante toda la película. Este es uno de los puntos fuertes de la película, del que principalmente tienen la culpa los más que correctos Paul Rudd y Jason Segel (Marshall en Cómo conocí a vuestra madre).
También merece la pena destacar la banda sonora de canciones, que incluye temas de Spoon, Rush o Pixies. Una buena opción si quieres ir al cine sin más pretensión que pasar un rato agradable y aislarte del mundo durante un par de horas.
Nota: 6,5
¿Hacemos una porno?
El título ya explica el argumento de la película, que por otra parte tampoco va mucho más allá de eso. Dos amigos de toda la vida, ahogados por la deudas, deciden hacer una película porno para salir del agujero. Los amigos, poco a poco se darán cuenta de que lo que sienten el uno por el otro es algo más que amistad y lo demás ya lo habéis visto en otras doscientas películas.
La diferencia con las otras trescientas películas es que Kevin Smith es un genio haciendo lo que hace. Su talento como cineasta es más bien limitado, pero hay pocos que escriban diálogos como él lo hace. Kevin Smith podría escribir una película que se basara en una conversación de dos amigos en un bar, y posiblemente sería una buena comedia. Tiene el talento de reproducir el habla cotidiana, pero hacer a sus personajes un punto más ingeniosos que la gente que le rodea. Y eso, es algo al alcance de muy pocos en el panorama cinematográfico.
Fuera de eso, la película es de lo más simplona, con los mismos giros de siempre, y un problema de identidad bastante grave, que se nota en la trama. ¿Qué quiere ser? ¿Una película romántica subida de tono? ¿O una comedia alocada? Los momentos en los que la película es una cosa y en los que es la otra no están muy bien armonizados, lo que hace que la película esté un tanto descompensada.
Pero de nuevo, hay muchos más motivos para disfrutarla que para despreciarla. Los diálogos, las referencias culturales, el trabajo de los actores o una realización superior a las anteriores películas del director hacen que se trate de un título muy recomendable para esta época veraniega, pese a no ser el mejor trabajo de Smith.
Nota: 7
Yo sólo he visto Coraline de estas tres, aunque las otras dos ( sobre todo la de Kevin Smith) también me resultan apetecibles. De Coraline, comparto totalmene tu crítica. Hay muchas ocasiones en las que es lo visual lo que salva la escena, pero creo que en conjunto es un gran film (para mí, lo mejor son las trapecistas).
ResponderEliminarUn saludo,
SerieZeta
Coraline aún no la he visto, pero tampoco nos vamos a mentir, siendo el guión de Gayman dudo mucho que se aleje en exceso de los "blockbusters", sólo hay que acrodarse de Mirror's Mask (y a mí me gusta Sandman, pero hay que saber que al amigo Neil también se le dan bien los bestsellers).
ResponderEliminarSabes que amo la técnica así que antes o después escribiré otro comentario...
Respecto a esto, "Se deja ver sin ningún problema y las casi dos horas de metraje se pasan muy rápido." sólo puede significar un punto a favor si la exigencia cinematográfica (trasladable a todos los campos) es muy pequeña, personalmente me la suda que se deje ver si no me aporta nada cuando me levante de la butaca XD.
Y por último, el amigo Kevin está acabado, o desde luego no demuestra lo contrario. Sigue aferrándose a un tipo de conversación que mola cuando la protagonizas tú en una tienda de videojuegos con tus colegas, pero antes de pagar por cosas que podría haber escuchado en directo me acerco a la tienda de Alex, XD (y Clerks me parece grandiosa).
Y una última cuestión... las notas, ¿para qué?
¡Saludos amigo!
Las notas, porque mola ponerlas cuando criticas una peli, nada más y nada menos.
ResponderEliminarDe lo demás, no te digo nada porque estoy bastante de acuerdo contigo salvo en las cosas que ya hemos discutido (principalmente el asunto del cine de puro entretenimiento)
Gracias por comentar!!